24 Abr Cuidar más a los adultos mayores, una lección que deja la pandemia
Uruguay ostenta una de las poblaciones más envejecidas en la región y a pesar de que en los países nórdicos cuentan con opciones tan desarrolladas como espacios de co-livingexclusivos para adultos mayores, en nuestro país la cantidad y calidad de los centros de cuidados evolucionó enormemente, según operadores de este segmento de mercado.
Sin embargo, a los adultos mayores y sus familiares aún les cuesta tomar la decisión de acudir a un centro de cuidados debido al desconocimiento sobre la oferta y también a algunas malas
prácticas del pasado, sostienen.
Así nació la idea de abrir Álamos, un centro de cuidados ubicado en un edificio de más de 3.000m en el barrio de Punta Carretas que está focalizado en recuperaciones post-hospitalarias, cuidados paliativos y estancias de adultos mayores.
“Fue una decisión difícil, tenía otra imagen en mi cabeza de lo que era este tipo de centros. Me da mucha tranquilidad saber que mi padre está en un lugar que, además de ser lindo, está cuidado
por profesionales y personas que lo tratan con calidez y cariño”, manifestó Virginia, familiar de uno de los residentes del nuevo centro de cuidados que prefirió resguardar su apellido.
Álamos es un centro de máxima calidad que ofrece estancias permanentes y temporales para adultos mayores con diferentes terapias, tratamientos y programas especialmente adaptados según las necesidades específicas de los residentes.
Si decide por la opción de no hospedarse o “centro de día”, el paciente recibe un programa de actividades específico para ejercitar sus capacidades física, cognitiva y social.
“Este es un centro de cuidados que articula autonomía, servicios, asistencia y atención integral que tiene a la persona como centro de todos los procesos, con una infraestructura de primer nivel que se complementa con un equipo interdisciplinario y estándares de calidad internacional”, dijo Augusto Ferreira, doctor en Enfermería, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Católica del Uruguay y director del Instituto de Bienestar y Salud de ese centro académico.
De primer mundo
El modelo de Álamos se asemeja al que se encuentra en países desarrollados, aseguran sus directores, especialmente aquellos con similitudes socioculturales al nuestro tales como España.
“La clave está en saber combinar cuatro pilares esenciales en el trato humano y la atención al adulto mayor”, sostuvo Francisco Guarner, parte del proyecto Álamos y cofundador de SAR (luego Sarquavitae), hoy DomusVi, líder en cantidad de centros y capacidad de alojamiento para adultos mayores en España.
“El residente debe sentirse cómodo, como si se encontrase en su casa, y la familia debe tener la certeza de que su ser querido está bajo los mejores cuidados”, agregó.
Entre estos pilares de Álamos se encuentra la infraestructura; edificios especialmente diseñados o adaptados para tales fines, sin barreras arquitectónicas, con espacios, baños y mobiliarios adecuados para el descanso, la alimentación, el ejercicio y otras actividades de la vida diaria.
Otro diferencial de Álamos es la agenda de actividades, que permite un continuo enriquecimiento de las personas y evita su aislamiento social mediante talleres de lectura, musicoterapia, cine,
ejercicios de estimulación cognitiva y encuentros intergeneracionales, entre otros.
El centro, además, cuenta con un equipo multidisciplinario que atiende a cada residente para mejorar su calidad de vida.
“Para un cuidado integral de las personas se requieren diferentes equipos altamente calificados, compuestos por profesionales en las diferentes áreas tales como geriatra, psicólogo, nutricionista, fisioterapeuta y enfermeros, además del personal responsable de las operaciones y hospitalidad – tisanería, limpieza, cocina, mantenimiento, seguridad-”, explicó Guarner.
La preocupación habitual de los pacientes y sus familias por la seguridad se agravó especialmente con la irrupción del covid-19. Por ello, es una constante preocupación del personal de Álamos la seguridad de los residentes y el equipo asistencial, con procesos enfocados a minimizar riesgos: triaje al ingreso con toma de temperatura a distancia, testeo de COVID antes del ingreso de los residentes, el aseo de los huéspedes y la limpieza de los espacios físicos con las máximas garantías entre otros.
“Toda la infraestructura, el personal y las actividades tienen como objetivo velar por el bienestar de los residentes, y esto se debe dar en un entorno de calidez, respeto y amor hacia ellos”, destacó Guarner.
Fuente: El Observador
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